La pugna entre el municipio y el sindicato de trabajadores municipales comenzó a mediados de agosto, cuando el gremio inició una medida de fuerza progresiva en reclamo de pagos extras establecidos en el convenio colectivo de trabajo.
Ese mes, la administración de Martín Yeza decidió no abonar las bonificaciones, pese a que el convenio fue rubricado en abril de este año. Se inició entonces una discusión sobre la fecha de vigencia del nuevo régimen, que terminó luego con la intervención del Ministerio de Trabajo.
El municipio sostiene que el documento homologado recientemente por el Concejo Deliberante no es retroactivo, por lo que no abonarán los montos extras que exigen los trabajadores desde abril.
El sindicato, por su parte, insiste en que el convenio está vigente desde el momento en que se firmó, pese a la resolución ministerial y su posterior homologación, por lo que reclaman que se aplique en forma retroactiva con las bonificaciones pertinentes.
Pasaron 82 días de medidas de fuerza y movilizaciones y el conflicto sigue latente. Incluso, la pugna entre las partes podría agravarse en los próximos días. Dado su duración, los funcionarios oficialistas advierten que el reclamo gremial tiene fuerte “intencionalidad política”.
19 de agosto.
El sindicato de trabajadores municipales inicia un quite de colaboración en las horas de trabajo, luego de no llegar a un acuerdo con el Departamento Ejecutivo en una audiencia en el Ministerio de Trabajo.
La disposición del gremio se mantendrá por una semana de forma progresiva en las últimas horas de cada turno laboral.
28 de agosto.
El gremio convoca la primera movilización con el apoyo de algunas delegaciones regionales de Sindicatos Municipales Bonaerenses (FESIMUBO). Marchan juntos al palacio municipal y luego se trasladan a la Secretaría de Hacienda.
Varios funcionarios, a su vez, acusan al gremio por ocupación violenta del espacio y por causar roturas de varios elementos del edificio durante la manifestación.
29 de agosto.
Sin respuestas, los municipales declaran un paro total de actividades, con registro de fichada y permanencia en el lugar de trabajo. Exigen las bonificaciones correspondientes y el pago retroactivo con fecha de liquidación.
2 de septiembre.
El municipio decide tercerizar servicios que habitualmente brindaban los trabajadores municipales en paro. “En vez de pagar horas extra, voy a poner esos recursos en un privado, que por la misma plata hace más cosas”, justifica el intendente.
El gremio, por su partes, expresa que la “medida atenta contra la estabilidad de los trabajadores y socava la calidad de los servicios públicos que todos merecemos”.
15 de septiembre.
Fracasa una nueva audiencia entre el municipio y el sindicato en el Ministerio de Trabajo, y la medida de fuerza con paro total de actividades se mantiene; el Ejecutivo asegura que la medida de a poco pierde adherentes.
27 de septiembre.
El sindicato convoca su segunda manifestación, pero esta vez con apoyo de otras delegaciones de FESIMUBO. Se viralizan imágenes y videos de colectivos cargado de manifestantes llegando a Pinamar para concretar luego una marcha masiva.
“Como sus sindicalistas de acá no tienen ningún tipo de adhesión tienen que mandar a sus sindicalistas del conurbano y otros lugares de la zona para amedrentarnos”, opina Yeza en sus redes sociales.
28 de septiembre.
El Intendente denuncia presión sindical sobre trabajadores para continuar con la medida de fuerza. “Un grupo de trabajadores municipales quiere dejar de hacer paro y le cae la patota sindical para apretarlos y que sigan haciendo paro”, explica.
29 de septiembre.
El gobernador Axel Kicillof llega a Pinamar y, junto al candidato a intendente de la oposición Gregorio Estanga, se reúne con empleados municipales y dirigentes regionales en la sede del sindicato.
El oficialismo local, en tanto, señala “intencionalidad política” del Gobernador y acusa a la oposición de llevar el conflicto al terreno político por la cercanía de las elecciones.
3 de octubre.
Se lleva a cabo una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo, en la que se resuelve una conciliación obligatoria por el término de 15 días.
6 de octubre.
El municipio deposita salarios con descuento de horas y días no trabajados a los empleados que llevaron a cabo el paro de actividades en el último mes: sostiene que se trata de un “paro irregular”.
También realiza denuncias contra el sindicato -quienes se convocaron en la puerta del palacio municipal para exigir los recibos de sueldo- por “ocupación violenta” del edificio municipal y por mantener retenido a un funcionario público.
9 de octubre.
El gremio instala un acampe frente al municipio, como símbolo de su protesta y se vaticina así la prolongación de conflicto con la administración comunal.
18 de octubre.
El Ministerio de Trabajo intima la municipalidad a depositar los sueldos al grupo de trabajadores a los que se les había descontado parte o la totalidad del salario por paro. También se establece un plazo para saldar lo adeudado, antes de avanzar en sumario y sanción.
El organismo provincial dice que corresponde aplicar “una sanción” debido a que en ningún momento se desconoció la situación, objetó, ni declinó la instancia ministerial.
31 de octubre.
El Concejo Deliberante convoca al gremio para tratar el proyecto de ordenanza del convenio colectivo de trabajo. Sin embargo, en la sesión se decide tomar un cuarto intermedio para trabajando en las peticiones del sindicato.
6 de noviembre.
El Concejo Deliberante retoma la sesión y decide por mayoría oficialista homologar Convenio Colectivo de Trabajo sin las modificaciones propuestas por los municipales: cobrar el retroactivo del 1 de marzo al 31 de octubre en 7 cuotas iguales mensuales y consecutivas a partir de enero de 2024.
Esa decisión desata un fuerte reclamo del sindicato en el propio reciento deliberante y luego se traslada a la puerta del municipio con cortes de calle, quema de neumáticos y agresiones a funcionarios. Por eso, el municipio efectúa nuevas denuncias.
7. de noviembre.
El municipio confirma descuento salarial para 145 trabajadores que realizaron medidas de fuerza durante el mes de octubre. “Van a tener descuentos algunos por pocos días y otros más”, asegura el director de Personal de Pinamar.