En el medio de la disputa política entre el ex presidente Mauricio Macri y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta por el liderazgo del Pro, el intendente Martín Yeza utilizó un viejo titular periodístico para señalar un “dilema” que arrastra el espacio desde hace años: “Si Juntos no diseña un norte claro, corremos el riesgo de que nos pase lo mismo que al Frente de Todos”.
El joven referente del Pro había advertido hace más de un año en el portal Infobae sobre el “problema de identidad” que debía resolver la coalición opositora para tener oportunidades en estas elecciones. “La gente no sabe qué representás, ni quién sos”, sostuvo en aquel momento.
A raíz de la decisión de Rodríguez Larreta de desdoblar las elecciones en la ciudad de Buenos Aires, lo que generó oposición en el mismo partido, el jefe comunal publicó en Linkedin una reflexión titulada “Dilema Pro”. Allí expone los cambios que sufrió el espacio en los últimos años y la aparición de “nuevos liderazgos” que “comenzaron a ponerse por encima del equipo”.
Algunos venimos señalando la crisis de identidad del Pro desde hace al menos 2 años en público y otro tanto más en privado. Hay mucha gente talentosa en el espacio y evidentemente hay que pelear más todavía por generar espacio.https://t.co/mn8ZjuqAzV pic.twitter.com/6siFs6094E
— Martín Yeza (@martinyeza) April 9, 2023
“Creo que no es tarde, pero no sobra el margen ni el tiempo para que el Pro se reencuentre con la esencia de ser ese partido moderno que nos hizo creer que si nos comprometíamos y trabajábamos lo suficiente podíamos cambiar las cosas”, sintetizó.
‘DILEMA PRO‘
Esta nota es de hace un año y medio. Desde hace tres años veo problemas en lo que fuera la identidad original del Pro, ya desde hace un año y medio manifiesto en público. El Pro llegó a convertirse en un partido nacional y representativo que logró el apoyo general de la sociedad argentina. Un partido que proponía un estilo de liderazgo basado en equipos -en contraposición al mesiánico-, con una nueva cultura del poder -contra la eternización, entre otras cosas-, y con un modelo de gestión con fundamentos de eficacia, eficiencia y datos para la toma de decisiones, que no era ni de izquierda, ni de derecha, “hoy el mundo se divide entre los que se dan cuenta y los que no” llegó a decir Mauricio. Por último y quizás lo más importantes: que cualquier ciudadano con ganas de cambiar las cosas y tomando responsabilidad era plenamente capaz de hacerlo. El 2021 fue un año en el que cambiaron varias cosas: algunos de los nuevos liderazgos comenzaron a ponerse por encima del equipo, la nueva cultura del poder fue reemplazada por la idea de ganar a costa de nuestra identidad y un modelo de gestión que se puso en duda. Finalmente ese espacio que hacía que se comprometieron los ciudadanos alejados de la política, al cerrarse, se alejó de los ciudadanos. Creo que no es tarde, pero no sobra el margen ni el tiempo para que el Pro se reencuentre con la esencia de ser ese partido moderno que nos hizo creer que si nos comprometíamos y trabajábamos lo suficiente podíamos cambiar las cosas. Lo que sí, estamos ante una situación fea y creo que salimos si primero lo sinceramos ante la sociedad. El dilema es el mismo que puede atravesar cualquier empresa con cierta trayectoria: si aferrarse a una identidad original en un contexto diferente, o si intenta encontrar una nueva identidad bajo riesgo de perder la esencia.