Tuve la posibilidad de hacer radio en un taller. Cuando volví a los estudios universitarios me di cuenta que continuamente estaba buscando hacer radio. Si uno pudiese elegir sus pasiones, seguramente elegiría otra cosa. Pero esto yo no pude dejar de hacerlo. Yo no pude dejar de hacer radio.
Yo descubrí mi pasión. La encontré. Y para mí es todo. En la práctica, es tan simple y tan complejo como prender un micrófono y hablar. Y gracias a ese hecho, es donde se genera todo lo demás: el contacto y la complicidad con la gente.
Se trata de sólo hablar. Uno no está haciendo más que hablar frente a un micrófono, pero es tan mágico que todavía existe el poder de la imaginación y el poder comunicarlo al otro que escucha del otro lado, aunque no te responda.
Nahuel Remiro, 29. Hace radio desde hace nueve años en Pinamar.