A pocas semanas del inicio del verano, Cariló, Mar de las Pampas y Costa Esmeralda se posicionan entre los destinos más exclusivos de la Costa Atlántica, con tarifas que reflejan su perfil de lujo y su sostenida demanda. Aunque los precios se ubican muy por encima de la media regional, estos balnearios registran altos niveles de ocupación temporada tras temporada.
En el caso de Cariló, en el partido de Pinamar, el destino reafirma su identidad como la “Punta del Este argentina”. Sus calles arboladas, su arquitectura de diseño y la tranquilidad del entorno natural sostienen una propuesta turística de alto nivel. Un apart hotel para cuatro personas cuesta en enero alrededor de $2.500.000 por semana. Las cabañas parten desde 1.700 dólares, mientras que las casas frente al mar pueden alcanzar los 4.500 dólares. En febrero, las tarifas suelen descender un 30 %.
Por su parte, Mar de las Pampas, en el partido de Villa Gesell, mantiene su lema “Vivir sin prisa” entre bosques y calles de arena. Es la playa con los valores más altos del distrito: una familia tipo deberá invertir desde $1.400.000 por semana en un apart hotel, aunque los alojamientos premium pueden superar los $5.000.000. Las casas particulares oscilan entre 1.000 y 2.500 dólares, según la cercanía a la playa y las comodidades.
Exclusividad y entorno natural
Más al sur, Costa Esmeralda, en el Partido de La Costa, completa el trío de destinos exclusivos. Enclavada entre bosques y médanos, combina privacidad y paisajes naturales. Allí, las casas de tres o cuatro dormitorios próximas al mar comienzan en 3.000 dólares por semana, mientras que las más lujosas, sobre la línea costera y con capacidad para 16 personas, alcanzan los 10.000 dólares. En febrero, los valores descienden hasta un 25 %.
Comparativa entre los destinos
En la comparación, Cariló lidera en ocupación y estabilidad de precios, Mar de las Pampas ofrece un equilibrio entre naturaleza y exclusividad, y Costa Esmeralda se posiciona como el refugio más reservado del litoral bonaerense. Pese a las diferencias, en los tres casos el lujo tiene un costo elevado que no disuade a quienes eligen el confort frente al mar.



