– Si hablamos de pasiones, la tuya es indudablemente el fútbol
– Totalmente, sí. Pero me gusta mucho el deporte en general. Soy deportista antes que futbolista. Ahora elegí futsal entre todas las categorías de fútbol. Pero la decisión tiene mucho que ver con lo que a uno le guste internamente. En particular, a mí me gusta mucho atajar; es lo que motoriza todo.
– ¿Qué tiene el fútbol que no tiene el resto de deportes?
– No sé si se puede diferenciarlo. Cuando te gusta un deporte por encima de otro, no tiene otra explicación más que los gustos personales. Lo que te mueve es la pasión; la pasión moviliza. Le pasa a un tenista, a un basquetbolista.
Lo que sí pasa es que en deportes de equipo compartís la experiencia con compañeros y con técnicos; eso cuando competís. Jugar con amigos es otra cosa; ahí solo vas a divertirte. Es otra forma de fútbol.
– Elegiste un puesto muy particular como el arquero
– El arquero es distinto, para empezar es el único que puede agarrar la pelota con la mano. En general, al fútbol uno lo asocia con el juego con los pies. En particular, a mí me gusta estar tirándote, moverte de un lado a otro, ese movimiento de reflejos rápidos. De repente tenés que sacar una pelota con alguna parte del cuerpo. El arco me gusta mucho; a la hora de jugar un torneo lo elijo.
– ¿Qué pasa internamente cuando comienza un partido?
– El momento previo a un partido es ansiedad. Se piensa en todo lo que pasó y lo que podría llegar a pasar. Pero cuando pita el árbitro y empieza, te relajás y yo en lo particular me dejo llevar. Sólo me concentro y sé que tengo que atajar la pelota, funciono así.
– ¿Qué tan importante es el aspecto psicológico en el amateurismo?
– La parte psicológica es fundamental, tan clave como prepararse bien físicamente. Eso también se trabaja. Puede pasar que a un jugador empieza mal un partido y puede afectarle en todo el juego. Me ha pasado y por eso lo trabajo mucho. Para un jugador eso es muy importante, aunque sea amateurismo.
– ¿Y qué tan importante es jugar con público?
– En un partido que por ahí no es trascendente es lindo que haya gente en las tribunas, que esté acompañando. Eso saca en sí lo mejor de uno. Me ha tocado jugar finales con mucha gente, pero en ese contexto me ha pasado de no querer mirar hacia afuera: lo que hice en ese momento fue concentrarme en el partido. Si en ese momento te distraes… hay mucho ruido, mucho grito. En ese momento no la disfruté.
– ¿Creés que el formato amateur para jugar al futbol es el ideal?
– Puede ser. Cuando el fútbol se transforma en tu trabajo podés pensar en cosas que te pueden molestar. En cambio en el amateurismo vas y lo haces porque te gusta. Nadie te obliga a nada. Solo te mueve la pasión. Es un plus positivo. Jugás cuando querés, lo haces porque querés y querés porque te gusta.